
Meningitis es una inflamación de las meninges.
(Membranas que envuelven el cerebro y la médula espinal) y del líquido cefalorraquídeo (el líquido que está en el interior de las meninges y del sistema nervioso central).
Causas
Puede ser producido por diversas causas, siendo la más frecuente los virus y la más grave las infecciones bacterianas.
Aunque hay numerosas bacterias que pueden producir meningitis, hay unas que tienen un especial tropismo por infectar las meninges: Meningococos, neumococos y algunos serotipos de haemophilus.
No hablamos de las meningitis del recién nacido, ancianos e inmunodeprimidos, que están producidas por otros gérmenes.
Contagio
El contagio es por vía respiratoria. La transmisión del germen de persona a persona es fácil; afortunadamente no es frecuente que el germen pase a la sangre, después al sistema nervioso y finalmente produzca meningitis. La mayoría de las veces el germen se queda en la garganta y la persona queda como portador.
Síntomas
Una vez que se produce la invasión de las meninges los síntomas aparecen rápidamente y son progresivos en horas o días:
- Fiebre, generalmente alta.
- Nauseas y vómitos.
- Dolor de cabeza intenso.
- Rigidez de cuello.
- Afectación del estado mental y del nivel de conciencia (obnubilación, decaimiento, desorientación,…)
- Convulsiones.
- Fontanela abombada.
- Intolerancia a la luz (fotofobia).
Diagnóstico
Para confirmar el diagnóstico hay que realizar una punción lumbar para analizar y cultivar el líquido cefalorraquídeo.
Tratamiento
Necesita ingreso para tratamiento intravenoso con antibióticos específicos a dosis altas.
Pronóstico
La meningitis bacteriana tiene una alta mortalidad y una alta probabilidad de dejar secuelas (sordera, hidrocefalia, convulsiones, daño cerebral…)
El pronóstico depende de diversos factores como: el germen causante, de su virulencia, de su resistencia al antibiótico, del estado inmunitario del paciente, de la rapidez en el diagnóstico y tratamiento.
Prevención
Debido al mal pronóstico lo más importante es evitar la enfermedad y para eso se pueden hacer dos cosas:
- Vacunación. Existen vacunas para Hemophilus b, Meningococo C, Neumococo y Meningococo B. Ésta última está disponible en farmacias y las anteriores se ponen en el calendario oficial. Desde que existen estas vacunas ha bajado mucho la incidencia de meningitis.
- Quimioprofilaxis. Para romper la cadena de contagio y eliminar portadores se da un antibiótico específico a las personas que tienen un contacto estrecho cuando aparece un caso de meningitis bacteriana.
Sepsis
Es una infección generalizada de todo el organismo por un germen, que provoca un fallo en numerosos órganos del cuerpo y que supone un peligro inminente de muerte si no se trata rápidamente.
Con frecuencia se asocia sepsis con meningitis, ya que los gérmenes que hemos nombrado antes son tan virulentos que las defensas no pueden con ellos y afectan a todo el organismo. Aunque puede haber sepsis sin meningitis, y meningitis sin sepsis.
El signo que nos puede alertar de que se está produciendo una sepsis es la aparición de petequias durante un proceso febril. Las petequias son pequeñas hemorragias en la piel producidas por la coagulación de la sangre en pequeños vasos, pueden tener un color rojizo o violáceo, y pueden tener un tamaño variable (desde una cabeza de alfiler a varios centímetros). La forma de diferenciar una petequia de un exantema vírico es presionar y estirar la piel a ambos lados de la mancha, o presionarla con un cristal transparente (por ejemplo un vaso): Si no desaparece es una posible petequia. Ante la aparición de manchas sospechosas durante un cuadro febril el niño debe de ser valorado por un pediatra, sobre todo si aparecen otros síntomas como deterioro del estado general y vómitos.
NOTA: Si queremos doblar el cuello del niño para ver si tiene rigidez, a veces él lucha contra nosotros y es difícil valorar esa rigidez. Hay un truco que consiste en sentarlo en la cama (no con los pies colgando, sino estirados) y hacerle que él doble el cuello voluntariamente hasta mirarse el ombligo, engañándolo con algún juguete, una luz o bajándole el chupete para que lo coja con la boca.