
Señales de alarma en el desarrollo psicomotor.
El segundo semestre de vida es una época de grandes avances en el desarrollo psicomotor. Hay que estar atentos a una serie de signos de alarma, que no siempre presuponen automáticamente la existencia de un problema, pero que obligan al pediatra a realizar un examen más exhaustico y a un seguimiento del niño. Estos signos de alarma son:
- Ausencia sedestación a los 7-8 meses.
- Poco tono muscular en tronco a los 9 meses.
- Espasticidad en miembros inferiores.
- Manipulación: torpe, asimétrica, ausencia de pinza.
- Movimientos repetitivos a los 8 meses.
- Ausencia de lenguaje, no repite sonidos.
- No dice palabras con sentido a los 2 años.
- Ausencia bipedestación al año.
- No nos mira cuando le hablamos.
- No anda a los 18 meses.
Variaciones de la normalidad en el desarrollo psicomotor
Hay una serie de variaciones de la normalidad en el desarrollo psicomotor, que no se consideran patológicas.
- Hace la pinza con el pulgar y el dedo corazón.
- Realiza el gateo sentado, apoyando la rodilla o el pie contralateral.
- Comienza a andar saltándose la fase de gateo (un 18% de los niños se salta la fase de gateo).
- Retraso de la marcha porque el niño “se sienta en el aire” al cogerlo por las axilas.
- Marcha de puntillas.
- Tartamudeo fisiológico al comienzo del habla.
- Dislalias fisiológicas.
Señales de alarma en alimentación
En el segundo semestre de vida se van introduciendo de forma progresiva nuevos alimentos, y hay que estar atento a signos de intolerancia a alguno de ellos.
- Rechazo injustificado de todos los alimentos.
- Problemas con un alimento en concreto: Rechazo, provoca vómito y manchas en la piel.
- Vómitos persistentes o en aumento.
- Pérdida injustificada de peso.
Fiebre en el segundo semestre de vida
En el segundo semestre de vida aumenta el contacto con otros niños y adultos, y es más frecuente que el niño presente procesos febriles. Recordemos que llamamos fiebre a la temperatura rectal mayor de 38º (o axilar de 37,5º). Debemos acudir a urgencias si el niño presenta fiebre acompañada de:
- Manchas en la piel.
- Vómitos repetidos.
- Decaimiento excesivo.